martes, 20 de enero de 2009

Llegando a casa

El papá y la abuelita Lucía fueron a buscarnos al hospital al mediodía del domingo 18 de enero, a nuestros tres días de nacidos; pero los doctores solo dieron el alta a la mamá y a la Naty, para la del Mauricito había que esperar la nueva ronda del pediatra de la UCB. Imagínense, la mamá estaba muy angustiada aunque le explicaron que era muy probable que el alta se la dieran por la tarde, y que ellos la llamarían. Así es que se fueron a casa en el auto de los abuelitos Nano y Cuky, esperando volver pronto por el Mauri...

Camino a casa nuestra mamita se acordó del hambre de la Naty, y la dificultad para mamar del Mauri, y pasó al tiro a la farmacia a comprar mamaderas, leche de formula y también chupetes...

Aprovechando que llegamos a casa con horas de diferencia, los papas y la abuelita se dedicaron a organizar la casa para nosotros, pues parece que la mamá no se convencía de que la fecha de nuestra llegada se acercaba asi que aun faltaban varios "detalles" por afinar. Mientras, la Naty dormía a pata suelta después de mamar y tomar su rellenito, reponiéndose del enorme calor que soportó en el viaje en auto... la mamá temía que se hubiera deshidratado pero no le paso nada.

Después de comer un rico y reponedor almuerzo que la abuelita Lucía sacó de su sombrero de maga, llamaron por fín a la mamá del hospital asi que con el papá fueron a buscar al Mauiricito. Antes de irnos, la enfermera de la UCB conversó con la mamá respecto a como criarnos y le entrego varios consejos prácticos que le ayudarían a enfrentar el desafío de tenernos en casa. Estos incluían implantar la rutina de mudar - dar papa - sacar chanchitos - a la cuna... aproximadamente cada tres horas. La enfermera habló de horarios para darnos lechita, de evitar estar con nosotros todo el tiempo en brazos, de que durmiéramos en nuestras cunitas... en fin, de todas esa cosas que a nosotros no nos hacen sentir bien . La mamá había pensado todo lo contrario hasta antes de esa conversación, pero  sentía tan inmenso todo lo que se venía que le pareció razonable lo que le dijeron y cambió de parecer, sintiendo que todo lo que había pensado antes era una locura.

Por fin en la tarde ya estábamos todos juntitos otra vez y con muchas ganas de conocer a nuestros hermanitos mayores que llegaron en la nochecita de la casa de los abuelitos en Peñalolén. Pero en la espera nos dormimos, asi que el encuentro se produjo recién a la mañana siguiente.


Aqui estamos observando nuestro nuevo entorno...
no nos convence mucho...



La primera noche en casa el Mauricito durmió en la sillita para auto pues a su cunita le faltaba un poco para estar lista. La mamá se acostó más tarde de lo aconsejable dado su estado, bastante después de la muda y papa de las 23:00, con un poco de temor respecto a la situación, pues como antes dormiamos en la UCB del hospital, esta también era nuestra primera noche todos juntitos. Todo fue mejor de lo que podría haber sido, los papás varias veces nos mudaron y dieron papa, pero nos volviamos a dormír al tiro, y ellos también.

Al otro día el tata Juan trajo lo que faltaba para la cunita y estuvo todo listo para la segunda noche que fue más o menos igual, pero esta vez la mamá se acostó más temprano pues estaba rendida, así que decidió aprovechar todos los ratitos para dormir.

La mamá esta feliz con la cunita, pues el abuelito en un tiempo flash, y con Víctor de ayudante, hizo una replica exacta de la cunita que usó la Dani cuando era bebe, asi que la Naty está usando esa y el Mauricito la nueva. Son impresionantemente iguales y eso permite que la armonía fluya por la pieza.



Videitos de nuestro segundo dia en casa


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